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La población menos favorecida con los cambios que se estaban gestando hasta ese momento, empezaron a manifestar con sus pares un sentimiento de descontento que poco a poco creó afinidades que condujeron a la conformación de la ‘resistencia’ denominada “Rud Boy”.

 

Los nuevos ‘Chicos Rudos’, en su mayoría jóvenes obreros de clase media, adoptaron una serie de conductas y comportamientos que imitaban y respondían a la creciente ola de delincuencia y afán por encontrar dinero fácil que se estaba viviendo en la isla, inspiradas por las controvertidas historias de los gánster reproducidas a través del cine de Estados Unidos.

 

Para ese entonces, el SKA, fusión entre la música negra estadounidense y algunos ritmos populares propiamente jamaicanos que se vivían en la época, fue el género que identificó a esta sub cultura, producto del contenido contestatario que se mencionaban en las canciones.

Tras el auge de otros géneros musicales como el Rocksteady y el Reggae, la sub cultura Rude Boy fue tomando otros matices, y la violencia callejera de aquella época se fue tornando en lucha por la paz y la fraternidad.

 

Finalmente, la música empezó a traspasar fronteras y llegó a las clases populares de América y posterior a todo el mundo, cargando consigo la historia de los ‘Chicos rudos’ de Jamaica, mostrándose como una oportunidad para ser alguien en medio de una sociedad encargada de decir lo contrario.

 

Independientes, pero pobres…

 

Con la independencia de Jamaica en 1959, las expectativas de muchos lugareños y extranjeros que vieron en Jamaica un nuevo paraíso económico y de oportunidades, se encontraron con una sociedad envuelta en problemas como el desempleo, la desigualdad, la delincuencia y el profundo desencanto por algunos sectores con respecto a la “libertad” adquirida.

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